
Las Sillas Windsor son un elemento clave si querés adaptarte fácilmente a cualquier ambiente. Debido a su versatilidad, su forma y sus materiales, puede encajar en cualquier ambiente.
Un poquito de historia
Las sillas Windsor surgieron en Inglaterra en el siglo XVIII y pasarán a la historia por ser una de las primeras sillas que se fabricaron en serie desde su concepción, formando parte íntegra de la revolución industrial que estaba sucediendo. Toman su nombre de la ciudad inglesa de Windsor, donde nació en el taller de un artesano aproximadamente en el año 1710.
Al ser descubiertas por el Rey Jorge II, las mandó a fabricar para su Castillo de Windsor, pero para ser utilizadas en los jardines. Poco a poco su uso se fue extendiendo, poblando posadas, pubs, bibliotecas o residencias privadas.
¿Por qué se volvieron tan populares?
Las Sillas Windsor cobraron gran popularidad debido a su peculiar manera de ser construidas, esto debido a que, a diferencia de las sillas de la época, las Windsor tienen el respaldo y las patas por separado. Al contrario de las sillas tradicionales, donde las patas traseras luego dan forma al respaldo, en estas el respaldo y las patas se montan de manera independiente.
Luego de ser modernizada a principios del siglo pasado, lamentablemente perdieron popularidad. Pero hoy en día, gracias a la inmensa cultura vintage, han recobrado protagonismo. Esto debido a que su diseño logra adaptarse a ambientes antiguos como vintage con la misma facilidad.
Ya no tenés que preocuparte por elegir qué tipo de silla usar, porque con las Sillas Windsor, tenés muchísimas combinaciones para hacer. Además de que, su versatilidad te permite que las utilices tanto en ambientes de interior, como livings, cocinas, comedores, como en ambientes de exterior, como jardines o patios, donde siempre van a ser una gran combinación.
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